Descansar es imprescindible para que nuestro cuerpo pueda repararse tanto a nivel físico como psíquico, pero necesitamos un descanso de calidad para sentirnos bien al día siguiente.
¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
Acostumbra a tu cuerpo a levantarse y dormirse generando hábitos constantes. Intenta ir a dormir siempre a la misma hora, respeta tus horarios. No todos necesitamos dormir 8 horas, unos necesitamos 6 y otros, 9 horas o más, escucha tu cuerpo.
Crea un lugar agradable para dormir. Piensa en qué luz es agradable mientras te acuestas, qué cantidad de calor/frescor necesitas dentro de la cama, evita aparatos cerca tanto televisiones como móviles, ordenadores, etc. Busca también el silencio.
Si eres de aquellos a los que les cuesta dormir por la noche, evita las siestas durante el día. Así conciliarás mejor el sueño.
Procura cenar ligero, evita los estimulantes desde media tarde como el café, el té, bebidas azucaradas, chocolate o especias picantes.
Incluye alimentos en tu dieta que tengan una cantidad alta de triptófano. Nuestro cuerpo utiliza este aminoácido para producir serotonina, el neurotransmisor de la calma, muy importante para tener un sueño saludable y para conseguir un estado de ánimo estable, pero para conseguirlo necesitamos que llegue a nuestro cerebro una cantidad suficiente de triptófano que se encuentra en muchos alimentos, sobre todo en las proteínas.
Un ejemplo de cena relajante sería la que incluyera algunos de estos alimentos: caldo de miso con una pequeña cantidad de arroz integral, pescado blanco al vapor, verduras cocidas con sésamo molido o simplemente un hervido de verduras con patata, pescado y sésamo. Podemos sustituir el pescado por paté de hummus y puré de sésamo.
Recomendación: Toma una infusión relajante natural que podría ser la mezcla de 30% de pasiflora, 20% de flor de amapola, 20% de flor de azahar, 20% de valeriana y 10% de lavanda. Poniendo una cucharada de la mezcla por cada taza de agua hirviendo y dejando reposar entre 3 y 5 minutos. Tomar calentita un ratito antes de ir a dormir.
Si te duermes en el sofá y luego te despiertas para ir a la cama, habrás roto la primera “oleada” de sueño y habrá que esperar que vuelva. Acuéstate antes, justo cuando empiezas a notar sueño.
Si te levantas a media noche, procura no encender la luz porque afecta a los niveles de melatonina, que es la hormona que regula el sueño.
Evita hacer ejercicio antes de dormir.
Céntrate en tu respiración, siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, e intenta hacer respiraciones cada vez más profundas. Siente tu cuerpo. Si te vas a tus pensamientos, vuelve a tu respiración, sin agobiarte, poco a poco.
Ahora toca dormir bien, mañana será otro día y seguramente encontrarás soluciones para todo aquello que no te deja descansar.
Rocio Peláez